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En estas fechas, muchas empresas suelen contemplar regalos del tipo corporativo para sus clientes más importantes, en muestra de agradecimiento por la relación comercial y que muchas veces trasciende al plano personal entre los directivos y los clientes.

Pero a pesar de ser ya una práctica muy común, es a la vez, una de las más complicadas y confusas por toda la regulación existente en el tema, al menos, en el área pública, que busca que los regalos no sean entendidos como un compromiso o forma de presión para obtener, más adelante, trato preferencial o información privilegiada. Claro, hablamos de grandes regalos, no los de tipo souvenir. Es básico que evitemos el conflicto de interés real o potencial, asociado a regalos y atenciones.

“las atenciones y regalos (como por ejemplo, rebajas, invitaciones a una comida, a eventos, a asumir gastos de viaje y servicios y/o atenciones poco habituales de mercado) se han convertido en acciones de gran relevancia en cuanto a la cultura empresarial y a la propia ley, tanto si se realizan de forma directa como indirecta (por ejemplo a parientes, a asociaciones o equipos cercanos, organizaciones o empresas)”.

Karl Würz, experto en compliance y fundador de la consultora alemana CompCor

Por ello es importante entonces clasificar rápidamente los regalos por su tipo:

  • Regalos personal: Nos referimos a todo aquel detalle que un directivo o alto cargo envía a una persona por un motivo especial, que puede ir desde el aniversario de la empresa hasta el cumpleaños de dicha persona.
  • Regalos corporativo o empresariales: Nos referimos a los regalos que ya son institucionalizados y que forman parte y reflejan la imagen e identidad de la empresa.
  • Regalos publicitarios: nos referimos a los souvenirs que con el logo de la empresa, se compran en grandes volúmenes y se regalan sin un ceremonial de por medio, así, las plumas, las libretas, los paraguas o los vasos pueden ser ejemplo de ello.

En el caso de los regalos navideños, suelen ser del tipo personal y empresarial y para ello, hay una serie de consejos que nos pueden ayudar a que el detalle sea bien recibido y no sea considerado algo que puede complicar la relación.

1.- Investiga a la persona a la que le darás el regalo. Si, es un consejo muy básico pero lo cierto es que muchas veces no se sigue. Imagina que mandas un botella de un gran tequila y la persona a la que se lo mandarás es alcohólica.

2.- Define la forma de entrega. Muchas veces cuando se envían los regalos, se usa al mensajero de la empresa o se contrata a una agencia de reparto, esto, para ser más eficientes pero muchas veces se cree que el regalo debe darse en mano y no siempre es así, pues pudiera parecer compromiso para ser recibido por aquella persona que de forma cotidiana, no lo hace tan fácil.

3.- El envoltorio cuenta. Puede ser un gran detalle pero si esta mal armado, si el papel regalo está mal cortado o con cinta de pegar visible, podría parecer entonces que no hubo atención al detalle y crear una sensación extraña.

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4.- Pregunta por las políticas de la empresa en el tema de los regalos. Muchos corporativos tienen prohibido aceptar regalos en la oficina, cuando son recibidos, se regresan a la empresa o persona que los envía. Y mucho menos se acepta que se entregue en el domicilio del destinatario. No comprometas la relación por un regalo.

5.- Sin etiqueta y sin presumir. Revisa que el regalo no traiga etiqueta ni mucho menos, hables del precio que te costó ni lo difícil que fue conseguirlo. Esos detalles los puedes guardar en tu memoria.

6.- Por ultimo, toma en cuenta las costumbres, las creencias y ritos. Por ejemplo, si le regalas algo a un hindú, no le des nada de piel de vaca, animal sagrado para ellos. Si regalas flores, ten cuidado con el tema de las alergias, pero también con los significados.

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Lo que menos queremos es que el regalo se convierta en gran problema, y para ello, es necesario entender las intenciones aparentes y reales que puede tener tras de sí.

Al final del día, lo cierto es que, en el ámbito corporativo, regalar no es un arte, es una estrategia, y las estrategias se revisan, se modifican y se fortalecen en cada ocasión que recurrimos a ella.

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