El presidente Andrés Manuel López Obrador, durante la campaña presidencial del 2018, tuvo en las redes sociales uno de los canales de información más efectivos que le permitió expandir su mensaje y hacerse de una imagen entre miles de usuarios, lo que a la postre, en combinación con otros elementos, lo llevó al triunfo electoral.
Hoy, a más de 7 meses y días de su toma de protesta, el análisis de las redes sociales como elemento de comunicación es diferente, toda vez que el uso de las mismas se ha vuelto informativa y también propagandística.
Este poder, el de generar opinión pública, favorable o negativa, le ha dado la facilidad de ejercer cierta presión sobre personajes, instituciones y oposición que sufren los embates de seguidores y simpatizantes, que son capaces de montar campañas de desprestigio sobre todo aquel que ose disentir sobre la postura oficial.
Lo decía Jean Jacques Rousseau, la opinión pública “es un tribunal cuya desaprobación hubiera que protegerse”.
Las benditas redes sociales se han convertido pues en difusoras de la “opinión pública” y han terminado siendo arenas políticas donde el dialogo es lo que menos presencia ha tenido y desde las cuales se dirimen asuntos de interés nacional.
Los análisis muestran que en el primer semestre el resultado de las menciones ( AMLO) tuvo una orientación mayor a lo negativo, es decir, el sentimiento que prevalece es negativo, toda vez que han pasado incidentes como lo de la explosión del ducto de PEMEX, o la contingencia ambiental o las descalificaciones a los opositores al régimen, sin embargo, vale la pena señalar que esto es más un resultado derivado de la participación de los seguidores, es decir, desde las cuentas oficiales se “plantea” un tema y es a partir de ahí que ciertas cuentas empiezan la conversación.
Si bien es cierto que en redes sociales cada quien elige lo que quiere ver y define sobre qué conversar, es innegable la exposición continua a tópicos que son el común en las redes, donde hasta hace poco eran generados por los propios ciudadanos, pero ahora vemos instancias públicas como NOTIMEX entrar en el juego y por medio de las cuentas institucionales y las personales de los propios funcionarios, echan a andar ciertos temas que terminan polarizando más el sensible ambiente en este país.
Es verdad que en una democracia participativa debemos tener la apertura para consultar, cuestionar y debatir, en lo que estemos a favor y más, en lo que disentimos y esto no debería ser un privilegio, debe ser una obligación y un derecho, por lo tanto, las estrategias de comunicación en redes sociales de los funcionarios e instituciones debe ser neutral, abierta al diálogo y a la conversación.
Entender el potencial de las RRSS como herramientas que pueden visibilizar situaciones o hechos o para denunciar omisiones y desvíos o para atraer la atención a temas que por el ritmo actual luego se “pierden” es prioritario del gobierno y sus instituciones, pero también deben ser utilizadas (RRSS) con responsabilidad por parte de los usuarios, para propiciar mejores escenarios de diálogo y la polarización que actualmente existe, entre los que apoyan y los que no, termine.
Publicado originalmente en https://www.alcaldesdemexico.com/de-puno-y-letra/el-uso-de-redes-sociales-como-estrategia-de-comunicacion-oficial/
