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Publicada en Latinamerica Meetings México Edición 6

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Hablemos de comida, hablemos de protocolo.

¿Quien no recuerda al menos una comida-presentación de un proyecto, o un coctel para amenizar un congreso o que tal un brindis en el marco de una exposición de arte? Ya lo decía Viginia Wolf:”uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien”. Las reglas de etiqueta, del ceremonial y del protocolo han surgido en momentos donde la comida era el principal  protagonista, así, tenemos a Leonardo Da Vinci, en algún momento de su vida fue nombrado Maestro de festejos y banquetes y con esta experiencia se dice elaboró el “Códice Romanoff”, especie de tratado sobre recetas y reglas de etiqueta que proponía para acabar con lo “salvaje” de esa época donde las cenas solían terminar con muertos. Si bien es cierto que no está comprobada su autenticidad,el codice muestra un poco de lo mínimo indispensable en una mesa:

• Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.

• No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.

• No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.

• No ha de tomar la comida de la mesa y ponerlo en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.

Ejemplos como este se replican en diferentes culturas a lo largo y ancho del mundo, los Méxicas, en México, tenían la Cocina Imperial Azteca, una ceremonia y banquete con más de 300 platos. Previamente, debían lavarse las manos y secarlas en una especie de toalla de tela que solo usaban una sola vez. Se usaba una vajilla especial (así como en nuestros días en eventos especiales, al menos, del tipo familiar). Moctezuma, a manera de anfitrión, elegía que platillo servir a sus invitados y sus sirvientes, se dice eran 6, se encargaban de surtir tortillas calientes y mostrar las opciones. Durante la comida no podía haber ruido.

Como hemos visto, la gastronomía crea experiencias que trascienden, por ello, comparto algunas recomendaciones:

1. Al igual que los eventos, las comidas, cenas, desayunos, cocteles, aperitivos, deben tener un objetivo y sobre él, planear.

2. Fundamental conocer los hábitos alimenticios de tus invitados, contempla opciones. Es desagradable llegar a una cena donde sirven regios cortes de carne, pero el invitado no puede digerirla.

3. Si al evento has invitado personalidades debes considerar espacios reservados para ellos, si se trata de un evento informal solo asigna espacio donde puedan sentarse, si es un evento formal la mesa y lugar deben estar perfectamente ubicados y cada lugar asignado.

4. Nada más pesado que estar en una mesa, a las 14:30 hrs, con hambre, esperando a que llegue el invitado de honor que debió haber llegado a las 14:00. Contempla y anticipa situaciones como esta.

5. En todo evento indica el tipo de vestimenta adecuado en función de si es un espacio al aire libre, cerrado, si hace calor, si es de tarde, si es un jardín o un salón del centro de exposiciones, etc.

6. Contempla la cantidad suficiente de alimentos para que todos alcancen como debe ser.

7. El coctel es el único evento donde no es necesario solicitar una confirmación de asistencia, en este se contempla un numero de canapés, en promedio 6 salados por persona y 2 dulces y de 2 a 3 bebidas por persona.

8. Tus eventos sociales en tu evento deben impactar, pero no deben ser motivo de ausencias al día siguiente.

Los servicios de alimentos, independiente de su objetivo, de los platillos, del montaje, de la decoración y de la ocasión deben de cumplir con una premisa: Ser agradables y crear momentos y experiencias, si lo logramos, hemos cumplido con nuestro trabajo.

Felipe Reyes Barragan

Perceptio Relaciones Públicas y Protocolo

www.reyesbarragan.com

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