Actuar y hablar como si siguiera en campaña abona a un momento inestable, innecesario además. Los ciudadanos queremos realidades, queremos los “cómos” y no los “para qués”
“El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento”
George Orwell, periodista y escritor en su ensayo “La política y la lengua inglesa”
Todos los días, al hojear los diarios o ver las noticias en la internet, somos receptores de una gran cantidad de información y mucha de ella es generada por los gobiernos, dependencias y funcionarios, creando así una imagen y percepción que puede generar una opinión publica del acontecer cotidiano.
En el caso de México y ante la próxima entrada del nuevo gobierno, todos los días leemos y escuchamos declaraciones y opiniones de los principales actores políticos y que para bien o para mal, están generando una especie de nerviosismo por lo ambiguo de los mensajes y sus contradicciones entre sí.
¿Qué deben hacer entonces los equipos de comunicación?
1.- Tener muy en claro que “Comunicación es poder. Poder es comunicación”
2.- Ajustar los mensajes, que no es lo mismo que omitir, a los ciudadanos y al contexto en el que se desenvuelven.
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