En toda evento, del tipo que sea, suceden imprevistos que si bien, algunos de ellos pueden anticiparse,los mas no, muchos son tan extraños que a veces no sabemos reaccionar a tiempo.
El organizar eventos, además de la experiencia, nos hace más sensibles y desarrolla la habilidad de anticiparse a ciertos problemas, por ejemplo, tener sillas tras el escenario por si llegan invitados adicionales, estar al pendiente de la puerta pues a ciertos eventos siempre llega un personaje que requiere una atención especial, en fin, diferentes posibles soluciones ante escenarios diversos.
Ayer previo a la transmisión en vivo de la entrega de los EMMY , se dio un incidente donde a la actriz Sofia Vergara , minutos antes, se le rasgo el vestido que traía puesto, ante tal incidente su equipo cosió el vestido y todo como si nada. En estos eventos se suele contemplar un cambio por si llegase a ser necesario.
Esto nos puede servir de ejemplo para cuando organizamos eventos, planteemos con nuestro equipo las posibilidades de que algo extraño suceda, y aunque las opciones que surjan en este ejercicio sean fantasiosas, hay que estar preparado para todo, y si, seguramente habrá algo que, como la ley de murphy dice, no imaginamos y suceda, tengamos la serenidad y la habilidad de solucionar sin que afecte el desarrollo del evento en cuestión.
@Felipe_Reyes_B
La clave de la planificación de eventos está en el análisis minucioso del acto y la identificación de cuantos imprevistos puedan acaecer. Si los identificamos con tiempo podremos avanzar decisiones que, si tenemos que tomar “en caliente”, no podemos garantizar que sean las más adecuadas.
Debemos distinguir entre imprevistos y causas de fuerza mayor. Lo primeros son circunstancias que podemos llegar a prever. Los segundos (una huelga no anunciada, factores meteorológicos extremos, terrorismo,…) se escapan a nuestro control.
Siempre he defendido que un buen presupuesto de un evento NO debe contener una partida de imprevistos. Nuestra obligación como profesionales es prever cuanto pueda suceder y tomar las medidas necesarias para ello (e incluirlas en el presupuesto) para trabajar, como debe ser, en condiciones de mínimo riesgo.
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De imprevistos y algo más