No, no es un producto oriental a la venta, el término caja china se refiere, en comunicación, a la “estrategia” que consiste en construir una nota que puede tener elementos que la hacen ver como verídica y al mismo tiempo, de tan “espectacular”, los medios de comunicación y las redes le dan un movimiento inusual y rápido, dándole “vida” y tiempo en exposición mediática a una nota que sirve para distraer de asuntos más importantes o simplemente como un elemento para generar una conversación que puede generar caos, miedo e incertidumbre en un sector de la población (¿cuántos de tus conocidos no han publicado o preguntado sobre la nota de hoy?).

La caja china es una muestra del poder que pueden tener ciertos sectores o grupos para construir o destruir una imagen pública, a través de la influencia que por medio de la percepción se crea utilizando mensajes armados de tal manera que son ambiguos y que con precisión quirúrgica se distribuyen masivamente en medios tradicionales y digitales.

Escribo todo esto en referencia a la ocurrencia y venganza por parte de los senadores de morena, quienes a raíz de la solicitud de desaparición de poderes en el estado de Veracruz, por parte de los senadores de la oposición, ahora piden lo mismo en el caso de los estados de Tamaulipas y Guanajuato, bajo el argumento de la inseguridad y delincuencia.

En los tres casos la desaparición o remoción de poderes se fundamentaría en la atribución que está contenida en la constitución en el artículo 76 y menciona 5 supuestos para que esto pueda darse:

ARTICULO 2o.- Se configura la desaparición de los poderes de un Estado únicamente en los casos de que los titulares de los poderes constitucionales:

I.- Quebrantaren los principios del régimen federal.
No aplica

II.- Abandonaren el ejercicio de sus funciones, a no ser que medie causa de fuerza mayor.
No aplica

III.- Estuvieren imposibilitados físicamente para el ejercicio de las funciones inherentes a sus cargos o con motivo de situaciones o conflictos causados o propiciados por ellos mismos, que afecten la vida del Estado, impidiendo la plena vigencia del orden jurídico.
No aplica

IV.- Prorrogaren su permanencia en sus cargos después de fenecido el período para el que fueron electos o nombrados y no se hubieran celebrado elecciones para elegir a los nuevos titulares.
No aplica

V.- Promovieren o adoptaren forma de gobierno o base de organización política distintas de las fijadas en los artículos 40 y 115 de la Constitución General de la República. NO APLICA

Esta remoción que puede ser solicitada por los senadores, diputados federales o por ciudadanos de la entidad, es por decir lo menos, jurídicamente complicada y poco probable de llevar a cabo y que se cumpla en su cabalidad, en todo caso, tendríamos entonces una remoción del ejecutivo federal ¿no?

¿Entonces?

Más allá de que si es o no legal la petición, lo que nos debe ocupar, que no preocupar, es la marcada tendencia a usar “estrategias de guerrilla” para desestabilizar y crear incertidumbre en la población.

Recordemos que Guanajuato es un estado que ha destacado por su crecimiento económico y sus condiciones sociales, económicas y políticas. Sí, por supuesto que hay mucho que hacer en temas de seguridad, un mal que está golpeando con fuerza al estado y al país en general.

El que una fracción parlamentaria, con mayoría, recurra a una solicitud de desaparición de poderes, antes de proponer acciones diferentes, no solo para Veracruz, Tamaulipas o Guanajuato, sino para todo el país, desde mayor presencia de efectivos de la Guardia Nacional, estrategias conjuntas de seguridad, mejores leyes y sobre todo, aplicación de las mismas, castigar a los delincuentes, inhibir conductas delincuenciales, habla de la soberbia, del ego y de la falta de “política” y oficio por parte de estos grupos, para hacer buen gobierno en favor de los ciudadanos y no de los intereses de algunos cuantos.

Esta caja china de la remoción de poderes busca mover la conversación a terrenos donde la ambigüedad, el morbo y la venganza puedan echar raíz libremente y construir así narrativas falsas, así no se construye la democracia, pero sobre todo, no es así como se mantiene.

Ojalá veamos más debates de altura y no venganzas que en nada abonan al estado de derecho y al desarrollo del país y de cada uno de sus estados.

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