Siguiendo con el tema del anterior post (El club de los Chefs de los Jefes de Estado y su influencia en el protocolo y la diplomacia http://wp.me/p2CzPX-75) encontré mas información:

De los catadores del Kremlin al  desamor de François Hollande por las alcachofas, de la huerta de  la casa Blanca a las verduras “bío” del principado de Mónaco, en  las cocina de los grandes de este mundo, los chefs velan con gran  secreto por la salud y los regímenes de sus comensales.   Unos veinte cocineros, contadas veces expuestos a la luz  pública, están reunidos en París en el seno del muy selecto “Club de los chefs de los jefes” de Estado, que celebra sus 35 años.   Ante la prensa en el lujoso hotel Plaza Athénée, y de blanco  con bordados de colores patrios, algunos se han prestado al juego  de las confidencias, al modo del fundador de la asociación Gilles  Bragard, profesional y gran conocedor de las “altas cocinas” del  planeta.   

Bragard cuenta, confirmado confidencialmente por el cocinero  de Vladimir Putin, Vakhtang Abushidi, que “aún existen los  catadores -encargados de probar los platos para comprobar que no  estén envenenados- pero solo en el Kremlin, donde un médico  inspecciona cada plato (del presidente) con el chef”.   

Anton Mosimann, cocinero de la familia real de Inglaterra,  confía que “en una visita del expresidente estadounidense George  Bush -no sabremos si el padre o el hijo- fue “seguido  constantemente por dos tipos del FBI que lo probaban y analizaban  absolutamente todo”.   

También cuenta que la “Dama de Hierro” Margaret Thatcher,  exprimera ministra británica, le “señaló, muchos años después,  que la carne servida en Downing Street era deliciosa pero muy  cara”

Kate Middleton, la esposa del príncipe Guillermo,  mandó “modificar una salsa” recientemente para que fuera más  ligera.    

Al servicio del palacio del Elíseo desde hace 40 años, Bernard  Vaussion confía el desamor de François Hollande por las  alcachofas y la debilidad que siente el presidente francés por el  pescado.   Pero habla con extremada reserva de la inmoderada afición de  Nicolas Sarkozy al chocolate y se alegra del “regreso del queso  al Elíseo” desde que se fue el expresidente.   

En cuanto a Barack Obama, Cristeta Comerford, cocinera jefe de  la Casa Blanca, declina evocar el aborrecimiento de las  remolachas por el presidente estadounidense, revelado por Gilles  Bragard.     Lacut insiste en el gusto de la familia Obama por “la verdura  y la fruta”.   La primera dama de Estados Unidos, Michelle, con la que ha  firmado un libro de recetas y milita contra el sobrepeso de los  adolescentes, ha montado una huerta y un vergel en la Casa Blanca. 

 Christian Garcia, chef del principado de Mónaco y presidente  del club de los chefs de los jefes, explica que el príncipe  Alberto es “un fino gourmet” y aprecia “la cocina mediterránea”.   Garcia se aprovisiona “a diario en el jardín de la residencia  de verano donde todo es bío”, y procura solo no cocinar despojos  y menudencias, que “no le gustan mucho” al príncipe. Para rendir  homenaje a las raíces surafricanas de la princesa Charlène, a  Garcia también le gusta cocinar platos tradicionales como el  bobotie, un flan de carne con albaricoques y almendras”.   

En la ONU, Daryl Schembeck cuenta que “después de mucho  investigar para poderse adaptar a tantos países, cocina la  mayoría de las veces cosas sencillas y frescas como el cordero  con calabacín, todo tipo de fruta y verdura, acompañado por una  ensalada verde”.   

Diplomacia obliga, también los chefs hablan mucho unos con  otros, no solo de recetas, también de las preferencias de  anfitriones e invitados. Por ejemplo, Christian Garcia llamó a  Hilton Little, cocinero jefe de la presidencia surafricana, para  preparar la visita de Nelson Mandela a Mónaco, “un recuerdo  imborrable”.

 

FUENTE

http://www.primeraedicionweb.com.ar/nota/digital/59625/la-alta-cocina-de-estado-se-reune-en-paris.html

París, 24 julio (AFP-NA)

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