Con motivo de la pasada visita de Estado de Benedicto XVI, durante la recepción oficial, se dio un incidente que rápido inundó las redes sociales, asi como las primeras planas de los medios digitales y mas tarde, en radio y televisión.

Se trató del no saludo de Guadalupe Acosta, Presidente de la Mesa Directiva de la Camara de Diputados, al Presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien se quedó con la mano extendida.

La imagen fue vista por miles de personas, además de las que vieron la transmisión en televisión, donde el sentir general fue de rechazo a esta “reacción”.

Sin embargo, este incidente no fue producto de un acto premeditado: se originó de una indicación que el encargado de protocolo dio al Diputado Acosta, quien solamente debía, estrictamente, saludar a Benedicto XVI.

El protocolo nos ayuda a facilitar los actos, dando la importancia debida a las personalidades y asistentes, sin embargo, no debe perderse el sentido común, por ello, quizá, “rompiendo el protocolo”, – que no hubiera traído consecuencia alguna-, Guadalupe Acosta pudo haber regresado el saludo y evitar asi, rumores, chismes y sobre todo, verse envuelto en un escándalo que si bien fue rapidamente aclarado, puso en el ojo del huracán a dos personajes públicos en medio de una importante visita de Estado.

Por ello, quien está en las áreas de protocolo, además de conocer el ceremonial a seguir, debe también indicar a los participantes las medidas y acuerdos tomados, para evitar situaciones como la sucedida.

De nada sirve saber si no podemos comunicarlo.

@Felipe_Reyes_B

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