Cuando escuchamos hablar del protocolo, solemos imaginarnos eventos aburridos, tediosos, o bien, pensamos que solo se trata de una herramienta aplicada a los actos que el Gobierno organiza.
Y como sabemos es una idea equivocada, el protocolo aplica en diversos ámbitos en el día a día.
Imaginemos que nos han pedido organizar un evento. Si este proceso es en si ya un reto;más cuando no se tiene la experiencia, y a esto le agregamos contemplar el protocolo en cada una de las etapas del mismo, esta experiencia puede convertirse en un gran desafío.
No olvidemos que cada detalle cuenta y transmite un mensaje, y que la suma de estos mensajes y su recibimiento pueden significar cumplir o no con el objetivo, real y aparente del evento en cuestión, sea un evento social, una boda o quince años; o bien, uno profesional, como la reunión de consejo o la visita de un socio o cliente especial sin dejar de lado los actos públicos.
Por eso es necesario contar con el conocimiento y la habilidad , que los cursos, talleres, congresos, etc nos proporcionan, pero sobre todo, con la práctica, la cual se adquiere todos los días, ya sea que organicemos, o que nos toque como asistentes o invitados, de todo se aprende.